El dictador guineano Teodoro Obiang asistió el pasado 31 de marzo al funeral del difunto Adolfo Suárez, presidente del gobierno durante la transición democrática española. Sin embargo, lo que parecía un acto de solidaridad entre países ha resultado despertar una gran polémica. Para entender estas tensiones hemos de remontarnos a los incidentes ocurridos en Guinea durante los últimos años.
En 1968 el país africano pasó a ser independiente, tras haber permanecido durante siglos sometida al yugo español. A partir de ese momento se instauró en Guinea un régimen dictatorial marxista en manos del Partido Único Nacional de los Trabajadores (PUNT), liderado por Francisco Macías Nguema. Durante su mandato los asesinatos de miembros de otros partidos o de grupos religiosos estuvieron al orden del día, las arcas del Estado permanecieron vacías y el pueblo murió de inanición o a manos de la policía política. En 1979 un grupo de oficiales, con el sobrino de Macías a la cabeza, dio el "Golpe de la Libertad", derrocando al dictador. El líder del movimiento de liberación, Obiang, pasó a ser el nuevo dictador, y lo sigue siendo en la actualidad.
Sin embargo, tras 35 años en el poder y una promesa inicial de democratizar el país, la situación de Guinea no ha mejorado: el gobierno de Obiang está considerado como uno de los más represores del mundo. Los casos de desapariciones, torturas y manipulaciones electorales están al orden del día. Amnistía Internacional denuncia el extremadamente desigual reparto de las riquezas del país y la falta de libertad de prensa y garantías judiciales.
Fragmento del programa televisivo El Intermedio (emitido en La Sexta el 2/4/2014)El periodista Dani Mateo presenta 'La vida según Obiang', un espacio que enseña que cuando eres dictador todo se ve distinto.
En 1992 Adolfo Suárez se puso en contacto con el dictador. Su objetivo era mediar para buscar una transición democrática, y en un principio el líder aceptó la iniciativa. Sin embargo, cuando el expresidente del gobierno iba a visitar a Obiang, encontró a la policía guineana apuntando a su avión con todo su armamento desplegado. Suárez volvió inmediatamente a España, y el jefe de Guinea (por si no lo había intuido aún) vetó su entrada y abortó el proceso de democratización del país. Es por esto que diversos sectores mostraron su descontento ante la aparición del dictador en el funeral del exdirigente de UPyD, que consideraron una falta de respeto.
Coincido con los principales partidos de la oposición en que Obiang no debería haber ido al funeral: me parece hipócrita e irrespetuoso que se presente en la catedral habiéndole amenazado con sus armas y rechazado sus intentos de ayuda. Lo que me sorprende es que le invitasen al evento. Es decir, no es lógico invitar a una persona a un evento y ofenderte si acude. Además, de seguro Suárez no hubiera lamentado su ausencia.
Al principio supuse que sería todo por motivos diplomáticos: si es un funeral de Estado, todos los jefes del gobierno de los diferentes países del mundo deberían poder asistir. Sin embargo, me seguía pareciendo raro que fuera el único gobernador extranjero que asistió a la catedral. Finalmente encontré que Guinea es uno de los principales exportadores de petróleo del continente africano, y que España ha estado haciendo negocios con el país los últimos años. Así, tras el funeral, diferentes miembros del gobierno, entre ellos Rajoy, saludaron a Obiang efusivamente. Casualmente, las cámaras no grabaron estos saludos.
Sentíos orgullosos de vuestro país. Un país en el que el petróleo y el dinero son más importantes que los valores humanos.
Por Marina León
